Acción de gracias



El valor del amor no está en el amor
sino en tu alegría.
El valor de la lucha política no está en ella
sino en las cerezas, las muchachas y la buena atención sanitaria.
El valor de la libertad no está en la libertad
sino en la igualdad.
El valor de la igualdad no está en la igualdad
sino en la fraternidad.
Seguro que ya sospechas dónde reside
el valor de la fraternidad y no te engañas:
en la libertad.
El valor de tu alegría tampoco está en sí mismo
sino en el gozoso desorden
con que construimos horas de libertad
de cerezas de igualdad de lucha política de amor.

Pero estas cosas las sé
porque tú existes.

Jorge Riechmann
El corte bajo la piel

6 comentarios:

Anónimo dijo...

jo-der.

Anónimo dijo...

Está bien entrelazado el poema, pero me parece que flojea al final. Bueno, es una opinión personal y pedante.
Me ha gustado, desde luego. Y lo que dice, lo comparto. ¡Pero faltan metáforas! (esto es, también, un gusto personal).
¡Saludos!

ppa dijo...

Es ingenioso, pero blando como casi todos los poemas amorosos.

Fedosy Santaella dijo...

Hermoso regalo. Gracias por esos veros de Riechmann. Ayudan a persistir.

Salud.

Anónimo dijo...

¿Blando súper Riechmann? Decir eso es pecado capital.

Buen poema, buen poeta.

juan antonio bermúdez dijo...

A mí me gusta mucho Riechmann. Y me gusta mucho este poema, es obvio, por eso lo publiqué en el blog.
Hay sólo una cosa en el poema que no me gusta. La alusión a "las muchachas", la sombra que puede dejar esa palabra sobre una posible cosificación de la persona amada o deseada (la mujer, las muchachas) como un valor más de la lucha política. Pero, a poco que se conozcan los textos de Jorge Riechmann, su vida pública y su crítica insobornable de esas cosas, esa sombra se queda en nada, en casi nada.

El poema me gusta especialmente por el juego que hace con los tres famosos conceptos revolucionarios (libertad, igualdad, fraternidad), su relativización (que no trivialización), al apuntar que se sostienen el uno en los otros y todos a su vez en nuestro "gozoso desorden". Y el juicio sobre el mundo, nuestra mirada, nuestra conciencia, se sostiene, al final, sobre el otro.

Podría definirse como "poema de amor" tanto como como "poema social", porque creo que todos los buenos poemas son poemas de amor y poemas sociales.
No creo que sea blando. Y he leído mucha poesía de amor (incluso mucha poesía "de género amoroso") muy dura.
Se sostiene más sobre conceptos que sobre metáforas, sí. Y es verdad que a menudo las metáforas encierran más verdad (o al menos tienen más capacidad de evocación) que los conceptos. Pero Riechmann escribe así. Y así me gusta.

Como me gustan vuestros comentarios.