La caridad del hueco que se llena
los mustios cascabeles que reanudan su asombro
para vaciar un poco este vacío
y concretar mi mano en tu espalda de hombre.
Hay un hueco más tímido, la vida,
y otro hueco rotundo, aunque cansado,
que llamamos la muerte.
Entre ambos fluye a veces un don raro,
un diálogo sin hueco entre dos huecos.
Tu espalda podría ser mi mano
o mi mano tu espalda,
pero la piel de su contacto es única.
Cualquier cosa puede ser otra cosa.
Sólo es irreemplazable
el nudo donde se atan dos existencias.
los mustios cascabeles que reanudan su asombro
para vaciar un poco este vacío
y concretar mi mano en tu espalda de hombre.
Hay un hueco más tímido, la vida,
y otro hueco rotundo, aunque cansado,
que llamamos la muerte.
Entre ambos fluye a veces un don raro,
un diálogo sin hueco entre dos huecos.
Tu espalda podría ser mi mano
o mi mano tu espalda,
pero la piel de su contacto es única.
Cualquier cosa puede ser otra cosa.
Sólo es irreemplazable
el nudo donde se atan dos existencias.
Roberto Juarroz
Poesía vertical
Imagen: Image*After
Poesía vertical
Imagen: Image*After
7 comentarios:
Muy bueno, señor Bermúdez. Me quito el sombrero :). Abrazos.
Me gusta. Es muy tierno.
Te agradezco la visita y espero poder devolvertela a menudo. Saludos.
Juarroz, tan bello...
"Decimos lo que decimos
para que la muerte no tenga
la última palabra.
¿Pero tendrá la muerte
el último silencio?
Hay que decir también el silencio."
(R. Juarroz)
el nudo donde se atan dos existencias...
muy bello. Gracias!
Como siempre, me encanta compartir con vosotros algo que me gusta tanto como la poesía de Juarroz.
qué buenísimo el rescate del roberto juarroz, uno de mis poetas preferidos porque hablade la existencia como no había oído hablar antes a ninguno.
recuerdo algún fragmento de sus poemas como:
"un día encontraré la palabra que penetre tu vientre y lo fecunde" o
"el reflejo es el comienzo de la pérdida"
te regalo uno de W.H:Auden, espero que te guste
Nuestra tendencia
La arena del reloj susurra al león que ruge
y los relojes públicos, día y noche, a los jardines
les dicen qué de errores aguanta el manso tiempo
c´mo ellos se equivocan al no fallar jamás
pero eltiempo, por los hondos que sean sus tañidos
por rápidas que caigan sus aguas torrenciales,
no le fastidia nunca a un león su salto
ni su seguridad le quebranta a la rosa.
pues viven, por lo visto, tan sólo para el éxito,
mientras que uno elige palabras por su música
o mide los problemas por su dificultad
el tiempo, con nosotros, es siempre generoso,
¿y quién no ha preferido un pequeño rodeo
a ir directamente adonde estamos?
A quien lo lea:
Con las manos se forman las palabras,
con las manos y en su concavidad
se forman corporales las palabras
que no podíamos decir.
José Ángel Valente.
“El fulgor.XXVI”.
Publicar un comentario