Compañero enemigo



Compañero enemigo, nos convocan
los bárbaros tambores, las sirenas
leprosas de la guerra, el olor acre
que reclama genética venganza.

Desobedeceremos, cruzaremos
los cuchillos delante de la lumbre
en la tierra de nadie, que es mi tierra,
nuestra tierra sin planos ni alambradas.

Y allí compartiremos el arroz
y la perplejidad de estar tan vivos
entre tanto cadáver contagioso.

Compañero enemigo, no te mueras,
ni me mates, ni huyas, ni te rindas,
que tenemos que hablar de muchas cosas.

(Este poema, escrito hace más de cinco años, tiene, entre otras muchas, tres grandes deudas:
La primera, por su último verso, es evidente: con la “Elegía a Ramón Sijé” de Miguel Hernández.
La segunda, menos literal, es con otros dos versos del poeta extremeño Manuel Pacheco: “Aunque las moscas entren / nunca tengas la boca cerrada”.
La tercera deuda es con unas palabras que dijo la periodista Gemma Nierga, saliéndose del guión, en una concentración celebrada en repulsa por el asesinato de Ernest Lluch, en noviembre de 2000: “Estoy convencida de que Ernest, hasta con la persona que lo mató, hubiera intentado dialogar: ustedes, que pueden, dialoguen por favor”.
Creo que habrá pocos días en los que me apetezca tanto como hoy compartir este poema con vosotros.)

Imagen: "Peine del viento", escultura de Eduardo Chillida,
Playa de Ondarreta, Donostia-San Sebastián

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Por favor...

juan antonio bermúdez dijo...

Y sin favor, fansh, pero... ¿cómo debo interpretarte? (a estas horas estoy un poco torpe, perdona)

Anónimo dijo...

Como la repetición anhelante de las últimas palabras de Gemma, que tuvo unos ovarios de narices aquel día. Ella dijo "Por favor, dialoguen". Yo insisto. "Por favor".

Después de ese "por favor" pensé que podría ser mal interpretado. No. Me uno a sus palabras y a tu poema.

juan antonio bermúdez dijo...

Fansh:
Ya me imaginaba que debía ser algo así, la verdad es que conociéndote un poquito, era fácil ; ) , pero gracias de todas formas por la aclaración.


Loruka:
Creo que también con los sordos. No sé si es cuestión de “forzar”, pero sí de esforzarse un poco (o un mucho) en encontrar un idioma en el que todos nos “oigamos”. De todas maneras, el post viene a cuento de un contexto muy concreto, el “alto el fuego” proclamado por ETA y el intento, a través del diálogo, de encontrar una solución a una situación que en los últimos 38 años ha causado en España mucho sufrimiento y le ha robado mucha atención a otros problemas sociales prioritarios. La confianza en el diálogo frente a la confianza en la represión, se trata básicamente de eso.
Gracias también por tu visita. Sigo pasando casi a diario (o más) por tu blog, aunque últimamente ando algo perezoso a la hora de comentar. Besos.

Anónimo dijo...

Si señalamos a ETA continuamente y los calificamos de animales, no van a dejar las armas. Que todos somos personas es una de las verdades universales. Y que una vez ETA fue algo más de lo que es ahora, de eso ya no se habla. No sabemos lo que es ETA, sabemos lo que unos nos dicen que es ETA, pero imagino que comen, duermen, follan y lloran como el resto de los mortales y no creo que matando lo pasen de puta madre.

Me uno a tu poema, Juan Antonio. Está entre mis favoritos (de los pocos que he leído tuyos, así que ya me estás mandando poemas si no quieres verme en la puerta de tu casa como una colegiala pidiéndote autógrafos :p). Un beso fuerte.

Y "vuela, Carrero, vuela", pero dialoguemos (se luchó para poder dialogar), ahora que podemos, dialoguemos.

David Monthiel dijo...

Que cuánto acierto juanantonio, que qué pedaso de poema
que un abraso

juan antonio bermúdez dijo...

Borja:
Querer entenderse implica justamente eso que empiezas diciendo: superar la demonización del “enemigo”, restituirle (en nuestra percepción) su condición humana. Dirigirle la palabra conlleva reconocer que no tiene rabo y cuernos, que duerme, llora y estornuda como todo hijo de vecino.
Más allá de eso, en cualquier caso, lo que es o lo que fue ETA no me produce la más mínima empatía. No sé si lo han pasado bien o mal asesinando, pero estoy seguro de que lo han pasado peor sus asesinados. Porque estoy contra la pena de muerte, precisamente, no puedo justificarlos; nunca, ni en el caso de Carrero (una “hazaña” que al parecer estuvo programada muy por encima de ETA, por cierto). La estrategia de socializar el sufrimiento me repugna, la use quien la use. Todo es discutible, dialogable. El derecho a la vida, no. Aunque no sea de muy buen gusto auto-citarse: “no te mueras / ni me mates, ni huyas, ni te rindas”.
Un beso. Ya te mandaré algunos poemas.

David:
Que qué bueno que ya estés recuperao, sobre todo. Un abrazo fuerte. Se te lovea.

el que deambula dijo...

Gran poema.

Es curioso, a mí siempre me ha parecido tan de sentido común dialogar que no reparo en la importancia que tienen posts como este.