Se sentaba y leía



Atticus Finch no hacía nada que pudiera despertar la admiración de nadie: no cazaba, no jugaba al póker, no pescaba, no bebía, no fumaba... Se sentaba y leía.

Matar a un ruiseñor (Harper Lee, 1960)

Imagen: fotograma de Matar a un ruiseñor (Robert Mulligan, 1962)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿y les parece poco?

el que deambula dijo...

...Pero milagro de las letras, sentándose y leyendo cazaba con Kipling, jugaba a las cartas con Dostoievsky, pescaba con García Márquez y se ponía morado leyendo a Keruac.

Había en él algo de precursor ;).

juan antonio bermúdez dijo...

Parabienes para todos, los anónimos y los conocidos. Un placer que nos veamos por aquí, como siempre.