Chano y el bonobús de los jubilaos



Anoche murió en Sevilla Chano Lobato. Además de ser uno de los grandes del cante, cantaor de atrás durante casi toda su vida y sólo reconocido como primera figura en sus últimos años, se le va a recordar como genial cuentacuentos flamenco de la estirpe de Pericón y de Espeleta, cronista de los tiempos de la fatiguita y el tablao.
Entre procesiones y cambios ministeriales, la noticia va a tener mucha menos repercusión de la que se merece. Tal vez sea mejor así. Esta mañana he escuchado en la radio a uno de los últimos locutores que lo entrevistaron. Contaba que al terminar la entrevista le ofrecieron un taxi, pero él dio las gracias y lo rechazó diciendo que llevaba el bonobús gratuito de los jubilaos.
Qué alegría pasar por la vida como Chano Lobato.

1 comentario:

Francisco Espada dijo...

Conocí a Chano Lobato en Madrid antes de que hubiera sazonado a la afición con "Nuez Moscada". Cantaba p'atrás, acompañando, pasando desapercibido entre el relumbrón de las cabeceras de cartel, de las grandes estrellas que sí le valoraban. Era humilde, sencillo, de un gracejo pocas veces alcanzado por otras personas; llevaba en la maleta una lista interminable de vivencias, de fatiguitas propias y ajenas, con la que había elaborado el diccionario filosófico con el que transitar la vida con una sonrisa: un genio, un sabio del difícil arte de vivir.