Fue cuando nos desayunamos,
te llamarás Lorena, en aquel sitio eternaentre gente que va a trabajar
niños que mueren de fresa.
Subir, por qué no inventar
el ascensor, pasado empieza el mundial
y yo aquí febril
sin gol, la noche vuelve a crecer
en mí.
Vamos a dormir que mañana será anader dei
quiza, tal vez, reír sea aquí llorar
abrazados al sol (con mi camisa vieja)
y tú sin sostén manteniéndome en vilo
y en piel. Somos somier.
Mujer y olvidar la niñez,
jirón de saliva en mi voz,
ayer nos volveremos a ver,
que seas feliz, que sea cierto,
que descanses, que seas sed.
Manuel Ortega
Un zumo del sabor que más te guste en Un zumo de tres sabores o un itinerario compartido
Un zumo del sabor que más te guste en Un zumo de tres sabores o un itinerario compartido
(Cuadernos Caudales de Poesía, Fundación Inquietudes, 2009)
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