Exils

Ayer fui a ver Exils, de Toni Gatlif, en la última sesión por este año de un cine de verano. Con fresco, ese fresco de septiembre que te coge siempre en camiseta. En la película, mucho lerele y poco larala: una pareja protagonista de jóvenes airados y algo antipáticos que viaja desde París a Argelia en busca de sus orígenes; mucho techno y mucho flamenco derrochados aquí y allá, con voluntad, sobre una historia inverosímil y delgada.
Música menor, película menor en comparación con Swing, Vengo y otras de Gatlif. Y, sin embargo, siempre hay en este director cosas que interesan. Movimientos y paisajes; momentos sin trascendencia, divertidos y emocionantes; la vida, la vieja vida, que se infiltra en los tópicos y los reverdece. Otras veces, más; en esta ocasión, menos.