Rescates: Félix Grande

El Contrabandista (EC): ¿Qué influencia tuvo la figura de Antonio Machado en los poetas de su generación?*
Félix Grande (FG): Machado no solo es un acontecimiento literario insustituible en la historia de la literatura española, es un acontecimiento moral de altísima temperatura. Yo creo que es el instante en el cual el idioma español adquiere una mayor carga de misterio y por lo tanto de luz clandestina, de luz sigilosa. Bajo su hálito de sencillez, las palabras machadianas llevan una carga de sabiduría, de conocimiento y sobre todo de piedad que pocas veces, tal vez nunca, igualara la poesía española.

EC: El otro día, en un congreso en el que se charlaba sobre heteronimia, el poeta venezolano Eugenio Montejo lo citó a usted como ejemplo de escritor que algunas veces tiene problemas con su heterónimo por la excesiva vida propia que le plantea.
FG: Todo esto converge también en don Antonio, aunque la heteronimia es un procedimiento bastante habitual en la literatura. Lo que ocurre es que a veces no se les llama heterónimos... Decía Flaubert “Madame Bovary soy yo”. Creo que todo gran novelista que ha puesto de pie a un personaje puede decir lo mismo.

EC: Pero Montejo se refería más bien a la poesía y relacionaba esto con la crisis del mito de la poesía como discurso sincero. En su caso, ¿el heterónimo dice cosas que no puede decir Félix Grande?
FG: Yo creo que en efecto la asunción de un heterónimo sucede siempre a una crisis espiritual, a una crisis de la conciencia. Creo que Fernando Pessoa no hubiera podido vivir o hubiera vivido menos si no le hubiera encargado a sus heterónimos parte de su propia vida. También considero que no es fortuito que los heterónimos de don Antonio Machado nazcan en una etapa de su vida en la cual está viviendo de manera muy sombría. Y, bueno, para cometer la irreverencia de mezclarme con estos maestros, en mi caso, Horacio Martín nació cuando yo ya no podía más. En una situación vital muy concreta, muy difícil. De pronto me di cuenta de que necesitaba ayuda, complicidad, para cubrir un poco más el frente o los frentes de la realidad con la cual estaba combatiendo a mandoble en aquel momento. Y ese nacer a la vida de Horacio Martín me sirvió como propia terapia.

EC: Entre el Félix Grande articulista del Elogio de la libertad o de Mi música es para esta gente y el Félix Grande articulista de Decepción, ¿qué ha pasado además de los años?, ¿en qué se concreta esa “decepción” del título de su último libro de artículos?
FG: Para mí la decepción es una herramienta intelectual de primera categoría. Creo que un intelectual moderno que quiera merecer ese nombre tiene que salir de su casa todas las mañanas duchado y decepcionado. Porque un intelectual que no conozca el laberinto de la decepción, que no haya atravesado por los muros del desengaño, corre el riesgo de ser fanático, de ser maniqueo y engañar, incluso sin quererlo, a sus propios lectores, a sus cómplices. En tanto que una persona que ya sabe lo que es pasar por el desengaño y que ya ha conseguido la verdadera alegría (la que viene después del dolor y la decepción) es mucho más útil. Creo que no se puede ir por la vida entusiasmándose por cualquier cosa. Cuidado con los entusiasmos y las certidumbres, sobre todo con las certidumbres; son muy peligrosas y pueden llevar hasta el crimen, hasta las guerras civiles. Sobre esto de las certidumbres, déjame que termine esta respuesta con una frase maravillosa de Miguel de Unamuno, que dice en un determinado momento: “Yo soy mi mayoría y no siempre tomo las decisiones por unanimidad”.

EC: ¿Qué le interesa de la poesía reciente, de la poesía de generaciones posteriores a la suya?
FG: No voy a mencionar nombres concretos, pero lo que me interesa y lo que creo que debe interesar al lector de poesía en cuanto a las dos generaciones últimas de poetas es, por un lado, la casi infinita variedad de enfoques, de enfoques técnicos, de enfoques estéticos… Es decir la enorme cantidad de actividad libertaria que hay en la poesía actual vista en su conjunto. Y por otro lado el extraordinario nivel medio, la extraordinaria calidad media de la poesía actual. Es difícil encontrar a un poeta joven que escriba mal. No quiero decir que haya muchos genios. Si hay genios, eso solo lo va a decir el tiempo. Pero la calidad media con la que se escribe poesía hoy en España es asombrosa.

EC: Ya para terminar, una pregunta recurrente en un medio de comunicación en Internet. ¿Cómo le afectan personalmente las nuevas tecnologías como escritor?
FG: Me quedé en la Hispano-Olivetti y ya ni siquiera pude pasar a la máquina eléctrica. En cuanto al ordenador, no es solo que no trabaje con él, sino que me da miedo. Digo esto sin arrogancia. Simplemente me he quedado atrás, sigo escribiendo con cuadernitos de gusanillo y con bolígrafo.

*La entrevista, publicada originalmente en Elcultural.com, en 2000,
se hizo durante un congreso sobre Antonio Machado.

Imagen: Félix Grande durante la entrevista.
Fotografía de Juan Carlos Sánchez de Lamadrid.

3 comentarios:

nimue dijo...

gracias por ofrecernos esta bella entrevista. Reconozco mi ignorancia respecto a Felix Grande pero ya le voy poniendo solución con tu blog.

garcía argüez dijo...

grande el entrevistado
grande el entrevistador

Anónimo dijo...

"Hay una vieja trampa en el arte, que atrapa la parte más horrenda del artista y la parte más hedionda de su público, y las agita entre la equívoca sonata del lenguaje, y forma así, desde hace siglos, un simulacro de comunicación."

FÉLIX GRANDE: "El ahogado del poema", en "Puedo escribir los versos más tristes esta noche" (1967-1969).