20-n



León Tolstoi, Buenaventura Durruti, Benedetto Croce, Luis Cernuda, Giorgio de Chirico, Leonardo Sciascia
Todas esas personas y muchas más murieron un 20 de noviembre.


Imagen: "Misterio y melancolía de una calle",
cuadro de Giorgio de Chirico

10 comentarios:

ariadna dijo...

y yo me pregunto por qué a todos esos grupos neonazis entrevistados por la "periodista de investigación" mercedes milá no los acusan de promover la violencia, si vivieran en el País Vasco y fueran otras sus siglas otro gallo cantaría. Esos "que van a limpiar España de moros" y que sí que tienen una visión apocalíptica del país. En Alemania está penado llevar la hesvástica.

Hoy se manifiestan en Madrid, no?

Anónimo dijo...

Preferiría saber quién nació este día. ¿No es mejor conmemorar los nacimientos, las fechas que dan comienzo a una vida que dará sus frutos en forma de letras, imágenes, descubrimientos? Me preguntó quién habrá nacido hoy con la marca del talento...
Saludos

Anónimo dijo...

La muerte es lo que complementa al ser humano. La muerte es lo que nos hace, definitivamente, vivir.

Unknown dijo...

todos somos vida y muerte... aunque más muerte que vida... ya que al fin y al cabo estamos más muertos que vivos... interesante visión de este 20N que para alguien con mi edad apenas significa nada...

Anónimo dijo...

Ejem, no es que hoy me haya levantado con una repentina vocación necrófila. Intentaba contribuir a la resignificación de una fecha tan condicionada para los españoles como el 20-n.
Pero creo que Martika tiene buena parte de razón, tal vez es más sano y más interesante que celebremos los nacimientos.
Dice la sección de efemérides de Enciclonet que este día también nacieron, entre muchos otros, Henri-Georges Clouzot, Kon Ichikawa, Maya Plisetskaya y Jorge Negrete.
Y aunque no lo diga Enciclonet, mi amiga Teresa también celebra hoy su cumpleaños (y también tiene mucho talento). Besos a todos.

ssav. dijo...

Ohh el gran Leon Tolstoi.. es increible lo que me pudo enganchar su libro Ana Karenina, hasta investigue sobre la vida de este autor para comprobar que el personaje que más me había fascinado era casi autobiográfico..

ariadna dijo...

qué ingenioso tú, imagino que no te levantaste con vocación necrófila, aunque,

martika, la muerte, en general, es la condición suprema de la naturaleza.

por otra parte esta repetición continua d "franco ha muerto" y los especiales por el aniversario, sobre las circunstancias que rodearon a su muerte , a mí, al menos me han hecho en algunas ocasiones sacar mi parte más morbosa.

Saludos a todos, en ésta la casa del Bermú.

Ah! Felicita a la dulce Teresa real de mi parte y también a la de "últimas tardes con Teresa" de Marsé.

Anónimo dijo...

La muerte, de hecho, es la única certeza vital que poseemos, pero veo poco sentido a un "memento mori" permanente. Demasiados planes tengo para esta vida para pensar en la muerte. No quiero decir con eso que a veces no haya que mirar atrás, a la historia, a los acontecimientos pasados, yo misma lo hago a menudo y procuro no olvidarme nunca de la barbarie que sembró y siembra el ser humano por aquí. Pero a veces el pasado es mejor no removerlo demasiado, y más en caso español, que es de una guerra entre hermanos y una dictadura impuesta de unos a otros. Puede que a mi me sea más fácil verlo de esta manera; mi condición de extranjera hace que no esté implicada emocionalmente en ello...

Anónimo dijo...

ssav.: bienvenid@ al blog y al club de fans de Anna Karenina

beariadna: creo que la saturación necrofranquista de estos días (contra la que publiqué este post) ha conseguido (no sé si en algunos casos era lo que se proponía) algo positivo: terminar de convertir al fantasma y al fetiche en un fantoche, trivializarlo como sólo pueden hacerlo los medios.

martika: Comparto casi todo lo que dices. El post era un intento (me temo que no demasiado logrado) de relativizar las efemérides y una reacción contra la avalancha mediática que estos días hemos sufrido con motivo de la conmemoración de un aniversario redondo de la muerte del dictador.
La mirada histórica y sus posibles complicaciones es una línea de discusión que ha salido luego de forma tangencial en los comentarios, pero no tengo problema en explicar mi punto de vista sobre eso. A grandes rasgos es el siguiente:

- La transición de la dictadura a la democracia se completa de forma natural con la desaparición o la recontextualización de los símbolos de la dictadura (estatuas, placas, etc.), para que no sigan funcionando en ningún caso como elementos de homenaje sino, como mucho, como testimonios de una época.
- Las personas que se sigan sintiendo perjudicadas en su patrimonio o en su dignidad (como por ejemplo los parientes de desaparecidos durante la guerra y la posguerra), tienen todo el derecho a reclamar del estado una reparación de ese perjuicio (por ejemplo, a través de una investigación del lugar donde fallecieron sus familiares).
- Ninguna de estas cosas creo que signifique remover con mala fe el pasado y resucitar o aumentar viejos odios. Todo lo contrario.
El peligro de que viejos odios engorden es mucho mayor al hacer revisiones históricas delirantes (similares a las que niegan el holocausto judío). Y algunas así se hacen hoy en algunos libros, en algunos periódicos y en algunos programas de radio (a los que no me apetece concederle ni una mínima referencia explícita). Pese a ellos, creo que en este cachito de tierra que llamamos España la mayor parte de la gente sabe convivir con bastante más respeto y más tranquilidad de la que a ellos les gustaría.

ariadna dijo...

quizá, quien ha conseguido lo que quería has sido tú con tu post en ese día, a mí me hizo reflexionar mucho, incluso sobre mi condición de telespectadora, del que ya era consciente.

Me enfada sobremanera ese tipo de "periodismo" de Mercedes Milá, que se quede en GH, mejor.